Muchos creen que alcanzar el éxito es llegar a tener muchísimo dinero; la realidad es, que ser una persona exitosa no tiene que ver con eso, en todo caso, podríamos nombrarla una persona adinerada, pero no necesariamente es un individuo exitoso.
La palabra éxito por otra parte es una palabra cecular y no realmente representativa en el contexto de la fe o del cristianismo. Si tuviéramos que dirigirnos con palabras que no representen deberíamos usar palabras como; triunfo, triunfante, victoria o victorioso etc.
“El éxito” tiene que ver con que el amor sea la base de tu vida, sentirte feliz, satisfecho, en paz, disfrutando la vida y teniendo un corazón agradecido por todo lo que tienes, por lo que eres y por Dios, que es el dador de todo. Si una persona logra vivir de esta manera con o sin dinero es exitosa.
Ahora bien, todos estamos capacitados para tener éxito en lo que deseamos, si nos lo proponemos y estamos dispuestos a invertir: tiempo, compromiso y constancia en ello.

¿De qué manera lo haces?
• Transformándote en quien realmente deseas ser.
• Si crees que puedes alcanzar lo que deseas.
• Si haces todo lo necesario para obtenerlo.
• Si inviertes todo el tiempo que necesitas para alcanzar tus objetivos.

Para alcanzar lo que anhelamos tenemos que poner manos a la obra. Muchas veces creemos que las personas que han alcanzado el éxito, lo hicieron de la noche a la mañana, pero la realidad que no es así; ellos tuvieron que recorrer un largo camino de mucho esfuerzo, problemas, fracasos; hasta que lograron su objetivo. Por eso es tan importante identificar claramente donde esta tu éxito soñado, que es lo verdaderamente importante para ti, que es lo que produciría realmente felicidad plena en tu vida. Solo entonces estarás listo para emprender este maravilloso y desafiante camino.